LA MÚSICA EN INFANTIL

 LOS BENEFICIOS DE LA  MÚSICA EN EDUCACIÓN INFANTIL

La música, esta disciplina artística ayuda a los discentes a desarrollar sus habilidades sociales y su sentido del ritmo, fomentando valores aplicables al resto de actividades y procesos de aprendizaje de su educación. Una de las habilidades que más se trabaja con la música es la seguridad y la confianza. Gracias a la música, se sienten comprendidos y se logra que exista un clima de ayuda, colaboración y respeto mutuo. También influye en el aprendizaje pues, gracias a ella, el niño mejora su forma de hablar y de entender el significado de cada palabra a través de las canciones que canta.

Asimismo, se trabaja la expresión corporal, utilizando diferentes melodías u obras musicales, los niños pueden ir moviéndose en el espacio con un ritmo controlado. Esto también contribuye a la interiorización del esquema corporal, sensibilizando el cuerpo y aprendiendo sus diferentes partes y su localización en el espacio. Por otro lado, a través de la música se logra que los discentes se inicien en la escucha activa y son capaces de integrar los diferentes elementos musicales: el sonido y el silencio, así como el concepto de intensidad del sonido. También logran diferenciar entre sonidos largos y cortos y coordinan los movimientos.  

Del mismo modo, se puede trabajar el lenguaje no convencional de la música hasta llegar al lenguaje convencional con lectura y escritura musical. A través de la música, el niño logra expresarse de otra manera y es capaz de integrarse activamente en la sociedad, logrando autonomía en sus actividades habituales, asumiendo el cuidado de sí mismo y del entorno y ampliando su mundo de relaciones (Eurocolegio Casvi, 2018)


Aquí mostramos un vídeo en el que aparece muy bien explicada la forma en la que beneficia la música al cerebro del ser humano: 





La música es una parte importante de la educación infantil, ya que puede proporcionar una amplia variedad de beneficios para los niños en su desarrollo. Desde antaño, corrientes como la Escuela Nueva o famosos pedagogos como Montessori y las hermanas Agazzi aseguraban que la música debía estar presente desde los primeros años de vida por su importancia en el desarrollo de los niños y las niñas, destacando el valor de la educación musical. 


Los niños incluso desde antes del nacimiento ya están en contacto con la música, puesto que el primer órgano que desarrolla el feto es el oído. El bebé responde ante estímulos sonoros externos y de la madre y muestra una cierta predisposición hacia ciertos sonidos más que otros, por ejemplo los sonidos graves le tranquilizan (García, 2014).


La música puede beneficiar diferentes áreas del desarrollo tales como el lenguaje, pues al cantar canciones están pronunciando palabras de forma clara, de modo que se desarrolla su vocabulario y su comprensión del lenguaje. También beneficia al desarrollo cognitivo, pues gracias a la música se desarrollan habilidades como la memoria, la atención y la concentración, por ejemplo al reconocer y recordar la letra de las canciones. 


Además, la música puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades matemáticas, ya que a menudo implican patrones y ritmos. Asimismo, la música puede ayudar al desarrollo emocional de los niños, pues gracias a ella se expresan y procesan emociones, lo que puede mejorar su bienestar emocional. Además, la música puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades sociales y emocionales, como la empatía y la comprensión de las emociones de los demás. Del mismo modo, la música puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades motoras finas y gruesas, ya que a menudo implican movimientos coordinados con las manos, los dedos y otras partes del cuerpo. También provoca que los discentes se desarrollen al estimular los sentidos, el equilibrio y el desarrollo muscular. La música también puede fomentar la creatividad y la imaginación de los niños, ya que improvisan, y crean bailes para ella, lo que puede ser beneficioso para su desarrollo en todas las áreas (Casas 2001).


Benítez, Abrahan, Justel (2017) menciona que en la etapa de educación infantil es bastante importante fomentar el desarrollo de las destrezas naturales con las que nacemos, para investigar sonidos, cantar o hacer música. De esta manera la música en la etapa de infantil se deberá incluir de la misma manera que el desarrollo emocional y cognitivo, comunicación, habilidades del lenguaje y socialización. Esta habilidad puede ayudar a mejorar no solo la captación de la música, sino también repercutir en actividades musicales. Para ello los conceptos musicales fundamentales como el pulso, ritmo, timbre y afinación deben ser adecuadamente presentados en el aula. Además, la música puede ser una forma divertida y atractiva de aprender y explorar nuevas habilidades y conceptos.

La música tiene múltiples beneficios en el alumnado de Educación infantil, pues potencia capacidades como la memoria, atención y concentración. Además de ser un modo de expresión, provoca que los discentes se desarrollen al estimular los sentidos, el equilibrio y el desarrollo muscular. Por otro lado, ofrece ocasiones muy enriquecedoras para interactuar con los adultos y sus iguales.

Autora: Lucía Alcaraz García

Comentarios