La escucha activa es esencial en Educación Infantil porque los niños necesitan sentirse escuchados y valorados para poder desarrollar su autoestima, su confianza y su capacidad de comunicación. Además, la escucha activa permite a los docentes comprender mejor las necesidades, intereses y habilidades de cada niño, lo que les permite adaptar su enseñanza y ayudar a los niños a aprender de manera más efectiva.
Cuando un docente escucha activamente a un niño, el niño se siente valorado y comprendido. Esto ayuda a fortalecer la relación entre el educador y el niño, lo que a su vez puede fomentar una mayor confianza y cooperación en el aula. Los niños aprenden que sus ideas y pensamientos son importantes y dignos de ser compartidos. Esto puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades de comunicación más efectivas y a sentirse más cómodos al expresar sus pensamientos y sentimientos.
La escucha activa también es importante en la educación musical infantil. La música es un medio poderoso para la comunicación y la expresión emocional, y los niños pueden beneficiarse enormemente al ser escuchados de manera activa y receptiva mientras exploran y experimentan con la música.
La escucha activa en la educación musical infantil puede incluir:
Escuchar atentamente la música que los niños crean o interpretan: esto puede ayudar a los docentes a comprender mejor las habilidades y los intereses musicales de los niños, y a adaptar su enseñanza para satisfacer las necesidades individuales de cada niño.
Animar a los niños a compartir sus ideas y opiniones sobre la música: los docentes pueden fomentar la comunicación y el diálogo entre los niños acerca de la música, lo que les permitirá desarrollar habilidades sociales y emocionales importantes.
Ofrecer retroalimentación positiva y constructiva: los docentes pueden utilizar la escucha activa para ofrecer retroalimentación positiva y constructiva a los niños acerca de su música, lo que puede ayudar a mejorar su autoestima y su confianza.
Proporcionar un ambiente musical seguro y acogedor: cuando los docentes escuchan activamente a los niños y les ofrecen apoyo y aliento, pueden crear un ambiente musical seguro y acogedor que fomente la exploración, la creatividad y la expresión.
No obstante, en la educación musical infantil, hay una gran diferencia entre "escuchar" y "oír".
Oír es un proceso físico que implica recibir sonidos a través de los oídos, mientras que escuchar es un proceso mental que implica prestar atención a los sonidos y procesarlos en el cerebro. La capacidad de oír es innata en los seres humanos, pero la capacidad de escuchar activamente es una habilidad que debe ser enseñada y desarrollada.
En la educación musical infantil, es importante que los niños aprendan a escuchar activamente la música. Esto significa prestar atención a los sonidos y a los elementos musicales, como la melodía, el ritmo, la armonía y la letra, y procesarlos en el cerebro.
La escucha activa ayuda a los niños a comprender mejor la música, lo que les permite apreciarla más plenamente. Además, les permite desarrollar habilidades críticas, como la capacidad de analizar y evaluar la música, y les permite comunicarse y expresarse musicalmente con mayor eficacia.
Los maestros y maestras deben enseñar a los alumnos la importancia de escuchar. Si no sabemos qué es la escucha no podremos enseñarlo, debido a que la escucha activa es la cual representa un esfuerzo físico y mental para obtener con atención el mensaje.
Para trabajar la escucha activa se puede proponer en el aula un juego. Este consiste en repartir a todos los niños una bola que contiene un cascabel pero cada uno suena de una forma diferente. Habrá cinco diferentes que serán repartidos por todos los alumnos y entre ellos tendrán que escuchar su cascabel y buscar los compañeros que tengan el mismo. Estos formarán un equipo. También se pueden realizar otro tipo de actividades que vienen explicadas en este enlace.
Por ello, educar a un niño mediante el sistema de escucha activa fomenta la comunicación afectiva con el adulto, promueve la confianza y autoestima del niño, el desarrollo de la empatía y de las habilidades sociales. De esta manera, la escucha activa es una herramienta primordial para la gestión de las emociones y crea un entorno positivo y enriquecedor para su aprendizaje. En cuanto a la música, tiene múltiples beneficios como el desarrollo auditivo y la mejora del aprendizaje de los conocimientos musicales.
Por otro lado, trabajar las cualidades del sonido dentro de la escucha activa en educación infantil es de gran importancia, ya que ayuda a desarrollar las habilidades auditivas y la conciencia sonora de los niños. Estas actividades permiten a los niños explorar y comprender las diferentes características y propiedades del sonido, lo que a su vez contribuye a su desarrollo cognitivo, lingüístico, emocional y creativo. Algunas razones por las cuales es valioso trabajar las cualidades del sonido en la escucha activa con niños pequeños son: 1. Desarrollo de la discriminación auditiva: al trabajar con las cualidades del sonido, como el volumen, la duración, la altura, el timbre y la intensidad, los niños aprenden a discernir y diferenciar entre diferentes sonidos. Esto mejora su habilidad para identificar y reconocer sonidos específicos, lo cual es fundamental para el desarrollo del lenguaje y la comunicación. 2. Estimulación sensorial: la exploración de las cualidades del sonido a través de actividades auditivas activas involucra a los sentidos de manera holística. Los niños pueden experimentar y percibir los sonidos de diversas formas, lo que estimula su sistema sensorial y promueve la integración sensorial. 3. Fomento de la atención y concentración: la escucha activa de las cualidades del sonido requiere que los niños presten atención y se enfoquen en los detalles auditivos. Esto fortalece su capacidad de concentración y mejora su atención auditiva, habilidades fundamentales para el aprendizaje y la comunicación efectiva. 4. Expresión y creatividad: al explorar y experimentar con las cualidades del sonido, los niños tienen la oportunidad de expresarse y ser creativos. Pueden jugar con diferentes combinaciones de sonidos, crear ritmos y melodías, y utilizar los sonidos como una forma de expresión emocional. 5. Desarrollo musical: trabajar las cualidades del sonido sienta las bases para el desarrollo musical de los niños. A través de la escucha activa, pueden aprender a apreciar y comprender la música en sus diferentes aspectos, lo que les proporciona una base sólida para futuros estudios musicales y participación en actividades musicales.
Asimismo, trabajar la diversidad de escuchas y sonidos en el aula, así como la diferencia entre sonido y silencio, es fundamental desde una perspectiva didáctica. Al explorar una amplia gama de sonidos y escuchas, los niños desarrollan una mayor sensibilidad y conciencia auditiva. Aprenden a prestar atención a los detalles sonoros y a diferenciar entre diferentes tipos de sonidos, lo cual es esencial para el desarrollo del lenguaje, la comunicación y la comprensión del entorno. Además, la variedad de sonidos y escuchas en el aula despierta la curiosidad y la atención de los niños, estimulando su pensamiento y su capacidad de procesamiento cognitivo. Les brinda la oportunidad de hacer conexiones entre los sonidos y su significado, desarrollando así sus habilidades de pensamiento crítico y su capacidad para resolver problemas. También, la diversidad de escuchas y sonidos en el aula brinda a los niños un amplio espectro de posibilidades para expresarse y ser creativos. Pueden experimentar con diferentes formas de producir sonidos, explorar combinaciones sonoras y crear sus propias composiciones, lo que les permite desarrollar su identidad musical y su imaginación. Del mismo modo, al trabajar con sonidos y escuchas provenientes de diversas culturas y contextos sociales, se promueve la sensibilización y el respeto hacia la diversidad cultural. Los niños aprenden a apreciar y valorar las diferentes formas de expresión sonora, desarrollando una mayor conciencia de la riqueza y la variedad del mundo que les rodea. Por último, los sonidos y el silencio tienen un impacto emocional en los niños. Al explorar y experimentar con diferentes tipos de sonidos, los niños pueden reconocer y expresar sus propias emociones, así como desarrollar habilidades de autorregulación emocional. El silencio, por otro lado, les brinda la oportunidad de experimentar la calma, la concentración y la introspección.
Para trabajar la diversidad de escuchas y sonidos en el aula de manera didáctica, es recomendable utilizar diferentes recursos, como grabaciones de sonidos ambientales, música de diferentes estilos y géneros, instrumentos musicales diversos y actividades de improvisación sonora. También se pueden explorar aspectos técnicos del sonido, como el volumen, la duración, el timbre y la intensidad, mediante ejercicios prácticos y juegos interactivos.
Una canción adecuada para trabajar las cualidades del sonido y el silencio en Educación Infantil es "Los pollitos dicen". Esta canción tradicional permite explorar diferentes cualidades del sonido, como el volumen, la duración y el ritmo, así como el uso del silencio. Se puede utilizar para enseñar a los niños a cantar en diferentes tonos de voz (alta, media, baja), a variar el volumen de la voz (fuerte, suave), a hacer pausas y a seguir el ritmo de la canción. Además, se puede hacer hincapié en el silencio entre las estrofas como una forma de resaltar la importancia del silencio en la música.
Algunas propuestas para trabajar el sonido y el silencio en el aula serían: 1. Juego de los sonidos ambientales: les pedimos a los niños que cierren los ojos y presten atención a los sonidos que escuchan en el entorno. Después, en grupo, compartirán los sonidos que identificaron y los clasificarán en sonidos fuertes y sonidos suaves. 2. Experimentación con instrumentos musicales: les proporcionaremos a los niños una variedad de instrumentos musicales, como tambores, campanas, maracas, xilófonos, etc. Animaremos a los niños a tocar los instrumentos y explorar los diferentes sonidos que pueden producir. Pueden experimentar con el volumen, la intensidad y el ritmo. 3. Caza de sonidos: organizaremos una actividad en la que los niños salgan al entorno escolar o a un parque cercano para escuchar y registrar diferentes sonidos. Pueden utilizar grabadoras o simplemente anotar los sonidos que encuentran. Luego, en el aula, pueden compartir y discutir los sonidos que capturaron. 4. Silencio creativo: le pediremos a los niños que se sienten en silencio durante unos minutos y presten atención a los sonidos del silencio. Después, pueden dibujar o escribir sobre las imágenes o sensaciones que experimentaron durante ese momento de silencio.
5. Juego de detener y continuar: nos dirigimos a un juego en el que los niños sigan un ritmo o una melodía determinada y, en un momento dado, se detengan abruptamente en silencio. Luego, pueden continuar tocando o cantando cuando se les dé la señal. Esto les ayuda a desarrollar conciencia del silencio y a practicar cambios de ritmo. 6. Creación de composiciones sonoras: los dividiremos en grupos pequeños y les pediremos a cada grupo que cree una composición sonora utilizando diferentes objetos y materiales disponibles en el aula. Les animaremos a experimentar con los sonidos y los silencios, creando patrones y variando la intensidad y el ritmo.
Para potenciar el silencio en el aula en infantil también para que los niños cuando están alterados y hay bastante ruido, la maestra dirá "tapa tapita", ellos contestarán "tapon" después de decir "tapon" permanecerán en silencio. Es util para llevarlo a cabo cada vez que la maesta va hablar tanto para explicar una actividad o para comenzar la asamblea.
Otro método que se puede utilizar es cantar diferentes canciones que permitan fomentar el silencio como la canción de la lechuza...
Autora: Lidia Galán
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